domingo, 11 de mayo de 2014

In Memorian

Esta entrada está dedicada a todos/as los niños y las niñas del planeta y jóvenes que alguna vez sufrieron acoso escolar, o que lo estan viviendo en estos intantes. Para que sepan que no estan solos, que aunque crean que no hay nadie que les apoye, aqui si alguien que desde esta habitación les manda fuerzas para levantarse cada dia y hacerle frente a la vida.

Ahora tocaría poner aqui, como suelen poner en la series de televisión "Esta historia es ficticia, nada de lo que suceda aquí, ha pasado realmente", pero mentiría si así lo pusiera, puesto que es una historia bien real, al igual que también mentiría si pusiera "Está basada en un hecho real". Porque no es solo un hecho.. Sino varios.

Esta historia esta basada en los diferentes tipos de acoso escolar que he ido recopilando, ya sean de familiares, de amigos o de conocidos mios.

Bueno, no me entretengo ya más. Allá voy.

"Todo se queda en la memoria. Siempre lo digo. Pero hay recuerdos, lugares y personas que se quedan no solo en la cabeza, sino también en el corazón. Los buenos momentos, la risas, los chistes... Pero hay veces en la vida, que por desgracia nos pasan cosas malas, sin saber por qué. Esos recuerdos se nos clavan en la memoria, y luego te dañan el alma de por vida. Porque aunque se quiera, no se pueden olvidar. Estarán siempre ahí, apartados pero no extintos.

Como el acoso escolar, ese maltrato que sufrí cuando era mucho más pequeña. Creo que ese tipo de momentos no se olvidan nunca. Hay gente que opina y asegura que todo en esta vida lo cura el tiempo; como las falsas amistades o los mal de amores. 

Pues yo opino que no. Que nada se olvida. Todo perdura en el recuerdo, en la mirada, en la mente.. Y en el alma. No es que deje de dolernos, es que simplemente, aprendemos a vivir con ello. Con esos momentos malos y tristes, y los dejamos escondidos en un recóndito lugar de nuestra alma, evitamos pensar y recordar que alguna vez existieron, aunque sepamos que siempre serán una espina clavada en el corazón.

Todo eso te marca. Te deja un recuerdo que hace que desconfies de la mayoría de las personas, no porque te hayan hecho algo malo, sino para estar alerta por si de verdad desean dañarte. Es una forma que tiene nuestro "yo" interior de estar alerta ante  posibles daños morales y en nuestra autoestima.

Aunque probablemente, ni siquiera puedas evitar que te hagan daño. Pero todo queda en el recuerdo. Todo queda ahí, en nuestra alma. Y todo sirve de experiencia."

Mi nombre es Abril, tengo 21 años, y vivo en Rivas Vaciamadrid. Me vine a vivir aquí con cinco años porque a mi madre la transladaron a un instituto de aquí. Ella es profesora de lengua y literatura, y mi padre es entrenador de un equipo de baloncesto femenino.

Me llamo Abril, y esta es mi historia.

Salto temporal al pasado.

17.sep.2005

Primer dia de clase.

7:00 de la mañana.


Suena el despertador. Esa música que tanto me gusta suena en mi móvil en forma de ladrillo. (Los típicos móviles de hace mil años que no se rompen ni tirándolos desde un séptimo piso o metiéndolos en un cubo de agua). Suena "Revolución" de Amaral. Me doy un buen susto al escuchar la cancioncilla y me levanto... Para apagar el despertador- móvil y volverme a acostar. 

Pasa un rato y de repente escucho los gritos de mi madre entrando en mi habitación..
"¡¡Aaaaabriiiill, levántatee yaa!! ¿¿Estas todavía sin vestir?? ¡¡Que hoy empiezas tu primer día de instituto!!
¡Es verdad! ¡Se me olvidaba! Pero la verdad es que, no tengo ningunas ganas de ir. Seguramente se volverán a meter conmigo en clase, o me tocará con gente indeseable. Asique, no, apetecerme, no me apetece.

Si, sé que he empezado de una forma muy negativa el dia, pero tengo 12 años y llevo desde los seis sufriendo las tonterias de los chicos de mi edad. Y estoy un poco harta ya.
Bueno, como no me levante, mi madre si que va a hacerme alguna tonteria con la zapatilla.
Asique me visto, y bajo a desayunar. ¡Oh! No.. Otra vez tostadas con paté. Hay que ir a hacer la compra.

Ya estoy en clase. Que gente más rara. Se me acercan un chico y dos chicas a preguntarme que cuánto peso. Les digo que 55. Me miran y se rien y oigo sus comentarios acerca de mi peso y de mi poco pecho "Pues si que empezamos bien", pienso. Ala... En la clase de los pijos insorportables. ¿No había una clase peor en la que meterme?. No, parece ser que no. Pues que "bien".  
Llega la hora del recreo. Y si.. Otra vez sola. Mira que odio la soledad. Pero bueno, mejor sola que mal acompañada. Aprovecho para ir al baño. Y no puedo evitar mirarme al espejo. Recuerdo los comentarios del chico y las dos chicas de clase: "¿En serio pesas 55 teniendo 12 años? jajajajaja ¡Y mira como vas vestida, que hortera!"

Si.. Ese tipo de comentarios duelen. Mi padre siempre me dice que les ignore. Pero por más que paso, no puedo evitar que me duelan o que me entristezcan.
 
Llevo gafas, soy peliroja, peso 55 kilos con 12 años, mido 1'65 y tengo "culo poyo". Antes estaba más delgada, pero ahora, en este verano, he cojido algo de peso. Y si a eso le añades que soy tímida ya se fastidia más la cosa. Y que no soy como los demás niños y niñas de mi edad. Soy bastante reservada, y me cuesta desenvolverme entre la gente. Se me dan mal las matemáticas y también la geografía. Y el ingles ya ni te cuento. En cambio, me encanta dibujar, llegando a quedarme horas y horas sin salir de mi habitación debido a que se me pasan las horas delante del papel sin darme cuenta. También adoro leer novelas, teatro y poesía. 

Tal vez por eso, por mi gran imaginación y despiste o capacidad para distraerme hasta con una mosca, siempre acabo marginada o con la gente burlándose de mi. Tal vez por eso no tengo muchos amigos ni amigas.
Pero... ¿Qué más puedo hacer? No puedo cambiar todo lo que soy por esta gente.

Pero duele. Duele mucho. Porque yo no les he hecho nada. Yo solo quiero que me dejen tranquila.. "En mi mundo".

Bueno.. El recreo ya se ha acabado. Faltan otras tres horas de clase. Tres horas eternas de clase. Ingles, francés y matemáticas. Justo las que peor se me dan. Pues que bien, que "ilusión" me hace. A ver si logro hacer algún amigo o amiga.

Se me acaba de acercar una chica menudita, rubia de ojos azules. Parece maja. Me pregunta que si se puede sentar a mi lado y me sonrie. Yo la digo que si. Ella vuelve a sonreir, y se presenta: "Hola, me llamo Lucía", "Yo Abril, encantada"- Le respondo.

Continuará..

Espero que les haga reflexionar y les guste. Esta historia estará dividida en tres partes: ésta primera parte, en la que demuestro como empieza todo; una segunda parte, en la que se verá una degradación de la protagonista debido a los insultos y a la soledad; y una tercera parte en la que el personaje busca una solución tajante a esa pesadilla que es el acoso escolar.

Se que es un tema triste e incómodo, pero es la realidad, y la realidad no se puede esconder.

Saludos..
Laura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario