jueves, 2 de octubre de 2014

El azote de la intolerancia: Inmigración y las mentiras de la xenofobia

Entre los prejuicios mas significados que dan cuerpo argumental al discurso de la xenofobia y que alimenta la dificultad de integración y convivencia con la nueva realidad migratoria, es importante señalar algunos de ellos que se repiten hasta la saciedad.

1. "Nos invaden. Defendamos lo nuestro..."

Esta invocación doméstica que recurre continuamente a la metáfora de que "en tu casa no dejarías entrar a mas personas de las que caben..", además usa el miedo. Pero ¿España está en verdad amenazada por una invasión migratoria?. Carece de sentido hablar en estos términos cuando aún nuestra media no alcanza a la europea. Una ciudad como Madrid que ha vivido un proceso de inmigración notorio (12%), está muy lejos de otras capitales y no alcanza a Paris (22%), Londres (24%), Bruselas (28%), Toronto (40%), Nueva York (56%) o Chicago (62%). Sin embargo ¿como se mide la presión migratoria o la capacidad de integración de una sociedad de acogida?

2. "Nos quitan el puesto de trabajo. Los españoles primero..."

Esta invocación patriótica cuya razón descansa en que el empleo debe ser reservado de forma prioritaria a los españoles, contradice la realidad de los hechos, donde existe un mercado dual de trabajo, a pesar de una tasa de paro en reducción constante, con una oferta continuada de empleos que no se cubren y con ofertas, especialmente en hostelería, construcción, agricultura y servicio doméstico que no ocupan los trabajadores españoles.

3. "Hacen competencia desleal..."

Es falso el argumento de ejercer presión salarial a la baja, conocido como "dumpin". No es responsabilidad de los inmigrantes que además carecen de organización para la presión. Ellos aceptan los trabajos mas precarios, duros y con una alta tasa de explotación. La responsabilidad es de aquellos patronos que recuperan técnicas muy usadas en el régimen dictatorial anterior para contrataciones irregulares. Esta falacia argumental no se sostiene si ponemos como ejemplo el empleo de la mujer, cuyos salarios son un 30% mas bajos, evidente discriminación y nadie las acusa de "dumpin", salvo los neofascistas que reivindican que abandonen el mercado de trabajo.

4. "Buscan nuestra riqueza y eso provoca el efecto llamada..."

Falso. Es la economía irregular, sumergida, informal..., quien lo provoca. Sus altas tasas de plusvalía por la alta explotación de los inmigrantes, la voracidad en la acumulación de capital, mantiene un sector económico que puede superar el 25% del PIB, uno de los mas altos de Europa, solo comparable con Italia.

5. "Se benefician de nuestros Servicios Sociales..."

Finalizó el tiempo de la esclavitud y a alguno no le entra en su cabeza. Los inmigrantes regularizados pagan impuestos como los españoles y tienen los mismos derechos sociales, y los "sin papeles" cuyo mayor deseo sería tenerlos, también pagan impuestos a través del consumo, son los impuestos indirectos. Los cálculos económicos para el Estado, en la relación Ingreso (vía impuestos)-Gasto (atenciones sociales), se sitúan en las proporciones de 3/1 en los regularizados, y 2/1 en los "sin papeles", donde las prestaciones también son menores.


Sin olvidarnos, que los inmigrantes que vinieron en edad de trabajar, hasta ahora, para nuestro país, no han supuesto un coste en formación, salvo aquellos que requieren formación específica para el empleo.

6. "Ocupan la sanidad y traen riesgos para la salud..."

El derecho a la salud es universal, algo que olvida el discurso xenófobo, como también olvida que una de las razones del superavit de la Seguridad Social es el mas de un millón de cotizantes que aporta la inmigración. Los beneficios netos son elevados, mientras los ingresos de la Seguridad Social alcanzan el 1,3% del PIB, los costes sanitarios se sitúan en torno a los mil millones de euros. Llama la atención el miedo al riesgo por contagio de enfermedades, un miedo que no se expresa con los 60 millones de turistas que visitan nuestro país,además de olvidar que el verdadero riesgo es que tengan que cuidar de su salud fuera de nuestro sistema sanitario, en opciones sumergidas.

7. "No pagan alquileres, les dan pisos, acceden a guarderías..."

Falso. Los impagos en alquiler de vivienda originados por inmigrantes no superan el 2% en los últimos años. Al contrario, la nula política de alquiler genera unos abusos extraordinarios y permite la extorsión sin límite. El reto político es un buen mercado de alquiler y evitar guetos, así como facilitar el acceso a la compra de vivienda digna. El acceso a las guarderías y otros servicios está reglamentado y son las condiciones familiares las que determinan las prioridades. El problema no son los inmigrantes, es no disponer de una calidad de los servicios suficiente.

8. "Amenazan la identidad, no respetan nuestra cultura, no se quieren integrar..."

Es otra invocación ultra que parte del no reconocimiento de la diversidad cultural y social de nuestro país. Las diferencias nos enriquecen y solo están limitadas por el respeto a la igual dignidad de las personas, a los derechos humanos, a la Constitución y las leyes del Estado de Derecho. A partir de aquí, el derecho a la identidad es libre y la diversidad cultural ya era una realidad en nuestro país cuando casi no había inmigración. No hay que olvidar que nadie se integra si no le dejan.

9. "La inmigración solo nos trae delincuencia..."

Radicalmente falso. Aunque la tasa de detención de extran-jeros alcance el 50%, muchos son detenidos por infracción administrativa (no tener papeles); sin embargo el 75% de los delitos, del último año, correspondieron a españoles y en los homicidios, casi se triplicó la detención de españoles. A su vez el delincuente extranjero no tiene porque ser un inmigrante, el 80% está relacionado con bandas delictivas que se ubican en diferentes países, incluso muchas son mixtas, buscando nichos favorables para el delito. Son delincuentes, sin mas. Este prejuicio es moralmente injusto, peligrosamente xenófobo y es la bandera del neofascismo en Europa.

10. "...y encima, con ellos viene el terrorismo"

Las tragedias del terrorismo integrista del 11-S, del 11-M y de otros atentados han alimentado la islamofobia. Nuestro país aprendió, en medio del dolor, a diferenciar entre el terrorismo y los ciudadanos vascos, plasmándolo en el grito “ETA NO, VASCOS SI”, cuando la propaganda ultra establecía aquella terrible ecuación. Ahora la misma propaganda insiste en identificar el Islam con el terrorismo de Al Qaeda provocando la estigmatización del magrebí, que también sufren el azote del terrorismo, y alimentando el odio al musulmán.

No son las únicas sinrazones y como podemos observar una cosa son los prejuicios y otra la realidad. No hay que aceptar estos mensajes porque como dice el refrán "las palabras son como las balas, las carga el diablo" y demás los mensajes xenófobos siempre preceden a acciones más graves.

Información sacada de la revista "Hablemos de convivencia y tolerancia" de Esteban Ibarra.



Y ahora, me toca dar mi propia opinión a mi, aunque breve sea.

Ante todo, siempre he creido en el respeto, la intolerancia hacia la propia intolerancia y en que la convivencia entre diferentes culturas y personas, es posible, siempre desde el respeto. La frase aquella de "ojo por ojo, diente por diente", es lo que se da en toda guerra y en cualquier pelea. Tambien en estereotipos y diversas mentiras. "Si vas a Africa o a cualquier otro pais, ellos también te discriminan", bien, pues ya va siendo hora de dejar de creer en semejantes mentiras. Los generalismos y extremismos no son buenos. Hay gente buena en todo el mundo, y generalizar solo para justificar actos de violencia en contra de los inmigrantes, o de otro tipo de colectivo, solo hace que la convivencia no sea posible nunca. Hay que abrir la mente y el corazón, y no dar por verdadera cualquier idea o pensamiento que deniegue los derechos de las personas. Todo el mundo tiene derecho a elegir su creencia, y su cultura. La intolerancia solo se basa en la "cultura" (o sease, incultura) de la guerra. Pero como dijo Mahama Gandhi, "Ojo por ojo, y el mundo quedará ciego".
Estamos matando el amor con tanto odio. Con tanto fanatismo. Hay que pensar, reflexionar y debatir una idea para poder darla por buena y válida. Pensar en si esas ideas o ideales niegan derechos o crean un ambiente violento. Si seguimos así, tal y como esta el mundo ahora... Acabaremos autodestruyéndonos. Como en la Edad Media. Vamos para atrás, como los cangrejos, en vez de progresar.

Espero que les haya hecho reflexionar.

Saludos,
Laura.